Problema

Amazon (su programa KDP) permite a cualquier persona subir cualquier archivo Word o PDF como si fuera un “libro electrónico”. Pero esta facilidad con que Amazon permite aumentar sin muchos filtros su inventario de títulos, no significa que hayamos creado entonces un “verdadero” eBook.

Sucede que la mayoría de estos archivos subidos a Amazon, después, cuando se descargan, provocan la frustración de los autores, al comprobar que sus obras se leen mal, porque no se adaptan a las pantallas, porque las partes del libro inician y se dividen por cualquier línea, aparecen espacios vacíos sin sentido y muchos otros desajustes. A esto se suma una frustración mayor: la de los lectores, quienes se ven imposibilitados de tener una experiencia de lectura agradable, y lo más seguro es que abandonen antes de tiempo un “eBook” que no funciona, que les exige demasiado esfuerzo, sintiendo que han perdido su dinero.

Porque, si no aprendemos a hacer, a programar bien un libro electrónico, en realidad solo creamos archivos de maquetación fija (para imprimir), que los programas automáticos de Amazon no pueden interpretarlos o convertirlos en verdaderos eBooks.

Resulta que, un eBook bien hecho, es un complejo y armónico sitio web en modo compactado. Para poder controlar cómo se adaptará y se verá exactamente en pantallas de distintos tamaños, y para aprovechar todas las posibilidades digitales, tenemos que aplicar varios conocimientos técnicos: de edición, diseño y programación Web, con lenguajes como HTML y Hojas de Estilo (CSS). El reto es producir un libro electrónico que sea satisfactorio tanto para el autor como sus lectores, con lo que no basta saber escribir o usar bien Word, mientras que la maquetación fija (usando InDesign o programas similares) está pensada para la imprenta.

¿Será que, entonces, si queremos tener un eBook “de verdad”, aparte de preocuparnos por la calidad literaria de lo que escribimos, también debemos convertirnos en especialistas en complicados sistemas informáticos?